En el año 2015 presenté mi Trabajo Especial de Grado para obtener el título académico en Artes Audiovisuales. La selección del tema fue un proceso de investigación y reflexión notablemente difícil, ya que no quería simplemente cumplir con el requisito. Para mí, se trataba de hacer algo que fuera verdaderamente útil y que me apasionara tanto como para disfrutar todos esos meses que iba a dedicar a la investigación. El resultado no pudo ser más satisfactorio, y con esto quiero compartir un poco de la experiencia y el conocimiento alcanzado al estudiar las nuevas formas de entretenimiento audiovisual, nacidas en el seno de la Red de redes, las Series Web.
La ficción audiovisual en la Web puede parecer una forma de entretenimiento nacida recientemente, pero si miramos un poco más atrás encontraremos que es a partir de la década de los ’90 cuando los primeros experimentos de este tipo se ponen en marcha. Hablamos de alrededor de 20 años de ensayos y errores para que el audiovisual en Internet gane terreno y comience a considerarse un formato con sus propias características. Tal vez no tenga aún los más de 100 años de historia del Cine, o la expansión de la televisión, pero hay que tomar en cuenta que el desarrollo tecnológico se acelera cada vez más, Internet no hace más que crecer y con ello también las diversas formas de entretenimiento audiovisual en la Red.
En este aspecto, en otro artículo escribía también sobre cómo Internet, junto a la tendencia de crecimiento del cine y a la transformación de las exigencias de su público, cambió la distribución del cortometraje como formato cinematográfico por excelencia. Y es que si bien, el cortometraje salió casi por completo de las salas de cine tradicional, ganaron un medio de mucho potencial.
Desde un punto de vista antropológico, la ficción ha sido siempre una necesidad y deseo humano. El hombre primitivo dejó sus primeros relatos en las paredes de las cavernas, y con el desarrollo del lenguaje oral y escrito, y luego con la imprenta, las historias reales e imaginarias se difundieron aún más para las generaciones futuras. La tendencia ha sido siempre audiovisualizar esas historias, por lo que nace el teatro, el cine, la radio y la televisión; todas ellas formas narrativas con su propio lenguaje.
A finales del siglo XX, Internet llega a transformar todo aspecto de la vida social, incluso nuestros hábitos de consumo de historias. Hoy día somos una sociedad adulta que pasó su niñez y adolescencia entre computadoras y acceso a Internet; el cambio tecnológico nos es natural y nos adaptamos con facilidad a las innovaciones. Un dispositivo móvil, las redes sociales y el correo electrónico son herramientas casi indispensables en nuestro entorno social y laboral. No es extraño imaginar que la ficción se abriera paso en un entorno virtual que además de conjugar los medios tradicionales, como Cine y la TV, también se convirtiera en un nuevo medio por sí mismo, un hipermedio.
No se trata solo de un medio complementario en el cual las cadenas televisivas transmiten (en vivo o diferido) sus programas habituales, ni donde jóvenes cineastas emergentes buscan proyectar su trabajo con miras a dar el salto a la gran pantalla. La cosa va mucho más allá de eso. En esta realidad, surgen productos de consumo y entretenimiento audiovisual destinados a ser distribuido especialmente en Internet, desde producciones independientes hasta aquellos de gran factura.
Profesionales de trayectoria en cine y televisión, se han dado a la tarea de experimentar produciendo y distribuyendo creaciones audiovisuales a través de la Red de redes, con cualidades especialmente adaptadas al medio. Tal es el caso de Joss Whedon y su serie web ‘Doctor Horrible and his Sing-A-Long Blog’; Tom Hanks con ‘Electric City’; y Lisa Kudrow con ‘Web Therapy’. Hasta el gigante Netflix, se ha embarcado en 2013 en este nuevo formato con las galardonadas ‘Orange is the New Black‘ y ‘House of Card‘, ambas llevadas también a la televisión.
Estamos ante el nacimiento de un nuevo modelo de entretenimiento audiovisual que cada día desarrolla y perfecciona sus técnicas narrativas. Aún queda mucho por descubrir, pero desde ya se perfila como algo grande y que se convertirá, más temprano que tarde, en una de las formas preferidas para que nos cuenten esas historias que tanto nos gustan… y todas al alcance de un click.
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